miércoles, 4 de abril de 2012

La distopía capitalista.

Ayer se presentaron en las las Cortes Generales el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2012. Si bien las líneas básicas de los presupuestos fueron pinceladas el pasado viernes, el desarrollo y articulado completo de la ley no fue hecho público hasta ayer. Desde entonces, las diversas valoraciones  (algunas de ellas preliminares) han tenido como denominador común el calificarlos de nefastos. Lo significativo, no obstante, es que esta valoración es independiente de la "escuela económica" de la que provienen los economistas (neoliberales, como Xavier Sala i Martín, los califican de sainete, el Financial Times de extraños y desconcertantes, y otros, más críticos con el sistema, como Juan Torres López y  Miren Etxezarreta , de injustos e irreales).

En mi caso -y dado que carezco de los conocimientos suficientes como para hacer una valoración técnica rigurosa y honesta de los mismos- voy a limitarme a aportar algunas cifras y gráficos que más allá de la opinión, vengan a aportar un poco de luz a cómo el sistema capitalista (y en concreto esta crisis, que no es más que la manifestación una característica inherente del mismo)  nos está afectando. 

La distribución de los gastos y el porcentaje sobre el total de los presupuestos del estado destinado a cada partida se pueden observar en los siguientes gráficos (usar Chrome, Firefox o Safari y situarse sobre cada "quesito") extraídos del lab de rtve.

Gastos y dotaciones económicas  2012




Sitúa el cursor sobre las líneas del gráfico


Sin embargo, es atendiendo a la variación interanual de donde podemos extraer las conclusiones acerca de la magnitud de los recortes acometidos en las cuentas del estado. De una tacada, y en un sólo año, la dotación en acceso a la vivienda se ha visto reducida un 32%, los servicios sociales recortados en un 16%, la seguridad social un 63%, las destinadas al empleo en un 25%, a educación en un 21%, la sanidad en un 6%...

Si bien es cierto que las transferencias a las cc.aa. han aumentado considerablemente este año (16%) y que éstas son competentes en materias tan importantes como sanidad y educación -con lo que en teoría. podría mitigarse en parte este hachazo al estado del bienestar-, no lo es menos que se me antoja harto improbable que este aumento se traduzca en paliar el golpe dadas las maltrechas cuentas de las mismas y el draconiano objetivo de déficit impuesto por el gobierno (1.5%).

Estos nuevos recortes,por tanto, no hacen más que agravar una realidad ya crítica: si observamos la evolución de las partidas de gasto más significativas desde el comienzo de la crisis, no podemos hacer más que poner el grito en el cielo ante la pérdida, me temo que irreparable a estas alturas, de algunos de los pilares básicos -en los que creo que coincidiríamos todos con independencia de nuestra afinidad política- sobre los que debe sustentarse la sociedad: educación (25%), sanidad (10.35%) y seguridad social (74%), empleo (25%) e investigación y ciencia (26%).



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Tratar de justificar los recortes "por la gravedad de la situación" o "porque no se han hecho antes los deberes" no hace más que alejarnos del origen y la causa de los problemas, que no es otro que el propio sistema. Un sistema capitalista que es tan voraz y depauperador como incoherente y contradictorio. En el que el axioma "menos estado mejor mercado" sólo sirve cuando interesa, en el que el intervencionismo sólo está justificado cuando se destina a "capitalizar" bancos a costa de dramas sociales y personales.

Si atendemos al contexto social español, estos presupuestos y las medidas decretadas por el gobierno del PP no hacen sino remar en la dirección contraria a la que una lógica basada en la humanidad dictaría. Estas medidas neoliberales que relatan sus bondades en términos de crecimiento y que igualan por goteo, fallan manifiesta y estrepitosamente en la práctica. Como se observa en el informe de la OCDE (esa organización supuestamente integrada por los países desarrollados y ricos), Divided We Stand, Why Inequality Keeps Rising?, España es uno de los países con mayor índice de desigualdad social y por descontado del entorno Europeo:
El coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta 
igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 1 se corresponde 
con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno).



Sobre la desigualdad, en el apartado "Lessons for policies" el citado informe advierte: "La desigualdad de oportunidades impactará inevitablemente en el buen funcionamiento económico. Asímismo, generará desafíos e inestabilidad política derivados del auge del resentimiento social.[...] Puede incluso favorecer la aparición de sentimientos populistas (y yo añado, fascistas), proteccionistas y antiglobalización. La ciudadanía no va a soportar por mucho más tiempo la economía de mercado si sienten que unos pocos se hacen cada vez más y más ricos mientras ellos continúan viendo como empeora su situación".

Resulta también dramática la contínua hemorragia que supone el incremento del número de personas en situación de pobreza. Una vez más, España a la cabeza.

Un análisis más extenso, detallado y actualizado de nuestra realidad, pero coincidente grosso modo con los datos proporcionados por la OCDE, lo encontramos en el Informe "Exclusión y desarrollo" social de cáritas. En él podemos comprobar como la tasa de pobreza de nuestro país es de aproximadamente el 21% -frente al promedio del 16,4% en la UE-21- viéndose únicamente superada por Rumanía y Letonia, duplicando los valores de países como Holanda (10,3%) y siendo muy superior a Francia y los países nórdicos, con valores de entorno al 13%.

A este respecto constata "... el largo trecho que le queda a la sociedad española para acercarse a los niveles medios de otros países europeos en la inversión de recursos que favorezcan la igualdad social. Así, pese al obligado incremento del gasto por el crecimiento de las prestaciones por desempleo derivado de la crisis, los niveles de gasto social en España están todavía muy por debajo de los de la mayoría de los países de nuestro entorno y de los países con mayor nivel de renta dentro de la Unión Europea. El dato más reciente disponible muestra que la distancia respecto a los países del euro todavía es superior a 15 puntos —antes de la crisis esa diferencia era mayor de 20 puntos—, pese al mayor aumento de los gastos en España por el comportamiento diferencial del desempleo."

Como elementos paliativos y capaces de contrarrestar esta deshumanizadora tendencia, el informe hace hincapié en el incremento de los salarios (cosa que "se potencia", y de que modo, con la recientemente estrenada reforma laboral...):

"Aparte del empleo, el bienestar de los hogares depende en gran medida de la respuesta de los poderes públicos a las situaciones de generalización del desempleo y del aseguramiento de un nivel suficiente de remuneraciones para aquellos que acceden a una ocupación. En relación con la segunda de estas vertientes, resulta crucial el comportamiento de los salarios mínimos para moderar la generalización del trabajo de bajos salarios, rasgo dominante en el patrón de exclusión social en España."




Uno de los elementos en los que trato de fijarme a la hora de evaluar el nivel  de desarrollo social es el de protección que disfrutan los colectivos de personas más vulnerables. Por eso, me ha producido auténtico sarpullido la estocada mortal que ha recibido la ley de dependencia

En días como hoy, en los que la (ir)realidad nos es narrada ya no en términos técnicos (pues se ha demostrado empíricamente que el capitalismo es incapaz como sistema  -si no antagónico- a la generación de prosperidad) sino en términos bíblicos cargados de hipocresía, (Rajoy defiende la amnistía fiscal como una medida "justa" y "necesaria" para España, "La reforma laboral es justa, buena y necesaria para España"..) ¿Debemos entender como ciudadanos que es imposible destinar más dinero a atender las necesidades de las personas dependientes? ¿Debemos entender que es imposible destinar más dinero a mejorar la sanidad, la educación y las pensiones, o a facilitar el acceso a una vivienda pero que es imperativo tapar con billones el agujero de los bancos? 

Será que mi altura moral no alcanza a entender los caminos inescrutables de este señor y sus acólitos, de los  teóricos que inspiran sus políticas (y las del anterior gobierno) y que no hallo consuelo alguno para sobrellevar ya no esta semana de pasión (aunque para los evasores sea más santa que nunca) sino estos ya tres meses de auténtico horror.

Si promover la autogestión, la cooperación y el bien común es (des)calificado como utópico, que alguien me explique cómo se sostiene que consintamos vivir bajo un sistema distópico. Esto me recuerda a que es tan difícil acertar todos los signos de una quiniela como errarlos. Si todos deseamos  que nos toque la quiniela, ¿cómo es posible que en lo social transijamos y aceptemos lo contrario? Tengo la respuesta capitalista para la quiniela: la pela es la pela.

¿Existe una respuesta para la distopía capitalista?




3 comentarios:

  1. Sí existe una respuesta: Neoliberalismo no es capitalismo, ni de coña. Si entendieras términos, a lo mejor no tendrías la duda.

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    1. Es verdad que capitalismo y neoliberalismo no son lo mismo, puesto que capitalismo normalmente se refiere a un modelo o sistema económico y el neoliberalismo es más una ideología. Las políticas neoliberales solo tienen sentido en un modelo capitalista por su propia definición.. sin embargo el capitalismo no solo se nutre de este tipo de políticas...
      Si te paras a leer bien el post, te darás cuenta de que se refiere al capitalismo en su estado más puro, que es al estamos llegando aplicando políticas neoliberales puras (reduciendo el papel del Estado y su intervención con cada vez mayores recortes y privatizaciones de servicios públicos en favor del capital privado)... por lo tanto creo que en el contexto global en el que vivimos y al que se refiere este post se puede identificar tranquilamente capitalismo y neoliberalismo, lo que no quita que pueda subsitir este modelo con políticas más intervencionistas y dirigidas hacia el lado de la demanda y el consumo...pero no es el caso ni por el momento en el que estamos actualmente ni por el análisis realizado en este post.

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    2. Lo primero, gracias por contestar.

      Estoy de acuerdo contigo a medias.

      El modelo neoliberal sí es capitalismo, lo cual no significa que no existan otros modelos capitalistas diferentes, "más amables", como el Keynesianismo.

      De la misma forma que un piso es una vivienda (o pertenece al conjunto de cosas llamadas viviendas), pero no todas las viviendas son pisos, el neoliberalismo es (o pertenece al conjunto de políticas económicas llamadas) capitalistas.

      Cuando digo, "me voy a casa", entiendo que mi interlocutor, por el contexto, puede entender a qué subconjunto de viviendas me refiero, y no necesito, normalmente, especificar "me voy al chalet o al piso" . Es posible que no haya sido suficientemente claro en mi exposición, pero creo que a grandes rasgos la idea es comprensible.

      En lo que sí estoy de acuerdo es en que tal vez debería haber sido más cuidadoso al puntualizar que me estoy refiriendo al modelo de capitalismo neoliberal para no incurrir en una falacia de composición, en las que lo que se predica de las partes no siempre puede predicarse del todo.

      En cualquier caso, tu afirmación "Sí existe una respuesta: Neoliberalismo no es capitalismo" no responde realmente a nada. ¿Cuál es tu respuesta para la distopía capitalista neoliberal? O si lo prefieres, ¿Cuál es la respuesta a la distopía neoliberal? ¿Cómo es posible que aceptemos vivir en un sistema que conduce a tanta desigualdad y pobreza? De verdad, si la tienes, compártela, porque algunos andamos buscándola hace tiempo sin suerte o capacidad para encontrala.

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